El IoT transforma el transporte, el alumbrado y la recolección de residuos para mejorar la calidad de vida urbana.
Las ciudades inteligentes usan dispositivos IoT para detectar en qué zonas hay mayor congestión vehicular y redirigir el flujo automáticamente. Además, los sensores en las luminarias regulan su intensidad según la luz ambiental, reduciendo el gasto energético. Incluso, los basureros inteligentes notifican cuándo están llenos, optimizando rutas de recolección. Todo esto mejora la eficiencia municipal y la experiencia de quienes viven en la ciudad, acercándonos a un modelo más sostenible y humano.
• Menos congestión y más eficiencia en el tráfico.
• Ahorro energético en alumbrado público.
• Gestión eficiente de residuos.
Con el IoT, las ciudades ya no solo crecen: evolucionan para cuidar mejor a sus ciudadanos y al entorno.